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Diario de una azafata: Una tarde en Florencia.

por Sabry Codino

La forma de viajar que tenemos los tripulantes (al menos cuando estamos trabajando), es muy distinta de la de otros turistas. Los horarios de los vuelos nos afectan mucho, a veces el cansancio puede más. Pasamos períodos muy breves en los destinos, pero los visitamos muchísimas veces.

Una de las veces que hice el vuelo de Dubai a Bologna, decidí hacer un paseo de una tarde en una ciudad nueva. El vuelo fue duro, la noche anterior no había podido dormir, pero la emoción de conocer una ciudad nueva pudo más que el cansancio.

Llegué hasta la estación de trenes de Bologna, y me tomé el tren rápido (media hora aproximadamente) hasta la ciudad de Florencia.

Rio Arno, en Florencia.

Florencia es una ciudad en la región de Toscana, de la que es su centro histórico, artístico, económico y administrativo. Conoció su época de mayor esplendor tras la instauración del Gran Ducado de Toscana bajo el dominio de la dinastía Médici.

Florencia es el núcleo urbano en el que se originó en la segunda mitad del siglo XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento. Se la considera una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura, así como también una de las ciudades más hermosas del mundo. Su centro histórico se transformó en Patrimonio de la Humanidad en 1982​. En él, se destacan obras medievales y renacentistas como la cúpula de Santa María del Fiore, el Ponte Vecchio, la Basílica de Santa Cruz, el Palazzo Vecchio y museos como los Uffizi, el Bargello o la Galería de la Academia, que acoge al David de Miguel Ángel.

Esa tarde llegué a la ciudad, y tras una breve caminata desde la estación de trenes, me encontré rodeada de algunas de las más hermosas vistas. Cerca de la Basílica Santa María del Fiore, me senté un rato a disfrutar de la vista, de los olores y los ruidos. Una increíble pizza italiana, y un Aperol Spritz para acompañar, completaban el momento.

Santa María Del Fiore.

La basílica catedral metropolitana de Santa María del Fiore es la sede episcopal (en italiano duomo) de la archidiócesis de Florencia. Es una de las obras maestras del arte gótico y del primer Renacimiento italiano.

Símbolo de la riqueza y del poder de la capital toscana durante los siglos XIII y siglo XIV, la catedral florentina es uno de los edificios más grandes de la cristiandad. Se destaca la grandiosa cúpula, obra de Filippo Brunelleschi. Es​ una estructura de 100 m de altura interior; 114,5 m de altura exterior; 45,5 m de diámetro exterior y 41 m de luz (diámetro interior). A la cúpula hay que añadir el campanile de Giotto. Es un campanario independiente trazado por Giotto, de 84,70 m de altura. Y el baptisterio de San Juan, con las famosas puertas de bronce de Ghiberti. El conjunto, formado por la iglesia, el campanario y el baptisterio, constituye una de las joyas artísticas y arquitectónicas de Florencia.

Ponte Vecchio.

Otra impactante parada en el recorrido fue el Ponte Vecchio.

El Ponte Vecchio es un puente medieval sobre el río Arno. Es un símbolo de la ciudad y uno de los puentes más famosos del mundo, uno de los pocos puentes habitados que se conservan. Atraviesa el río Arno en su punto más estrecho.

Se cree que fue un puente construido inicialmente en madera por los romanos, ​ poco después de la fundación de Florencia sobre el año 150 a. C.

Para conectar el Palazzo Vecchio (sede del gobierno de Florencia) con el Palazzo Pitti, el Gran Duque Cosimo I de Medici encargó a Giorgio Vasari que construyera el famoso Corredor vasariano sobre el puente. El mismo se finalizó en 1565.

Desde siempre ha contenido distintas tiendas y gran actividad comercial; según la leyenda, porque en el puente había exención de impuestos. Los comerciantes eran autorizados antiguamente a mostrar sus mercancías sobre mesas. Se cree, además, que el término Bancarrota se originó en este puente. Cuando un vendedor no podía pagar sus deudas, los soldados rompían su mesa o puesto para la venta: banco+rotto, bancarrota. Al no disponer ya de una mesa el comerciante no podía vender sus mercancías.

Caminar por esta ciudad fue una hermosa experiencia. Lamentablemente, la tarde no me alcanzó para visitar los increíbles museos que se encuentran en la ciudad. Sin embargo, es una ciudad en la que se respira arte. En todos los rincones, por las calles, por donde se mire uno puede ver a alguien pintando o dibujando. Espero muy pronto poder volver a recorrerla, y disfrutar de su magia… ¡Inshallah!*

*Inshallah: Frase en árabe que significa “si Dios quiere”, utilizada como una muletilla en medio oriente. El significado del término no denota la profesión de una religión determinada.

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1 comentario

silviap 3 febrero, 2021 - 12:13 pm

Me encanta como ademas de contar tu experiencia como viajera contas tambien la historia, costumbres y origenes, exelente nota como todas

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