Budapest Eye, una de las atracciones más populares de la ciudad, se convierte en un restaurante efímero donde se sirven los platos de un restaurante de estrella Michelin.
Uno de los restaurantes más exclusivos de Budapest, el Costes, recurrió a una ingeniosa solución para impulsar su negocio frente a la crisis desatada por el coronavirus.
El restaurante sirvió un menú de cuatro platos en las cápsulas del Budapest Eye, una gigantesca “vuelta al mundo” que se encuentra en la plaza de Erzsébet, a pocos pasos del Danubio, y rodeada de los hoteles más elegantes de la ciudad.
El viaje a las alturas desde esta “rueda” es uno de los paseos más populares para los residentes y visitantes de la capital de Hungría, donde en su punto máximo se puede ver con toda claridad el entramado de callejuelas de la ciudad de Pest, el castillo de Buda y el curso del Danubio de norte a sur.
Pero con las restricciones a los movimientos la famosa atracción perdió popularidad. Y el propietario del Costes, Karoly Gerendai, tuvo una idea para reflotar a su local y de paso entusiasmar a los locales con dar la vuelta en la noria.
Una idea exitosa
A pesar del frío intenso del sábado pasado todas las cápsulas del Budapest Eye estuvieron reservadas.
Cada una tiene una capacidad de cuatro plazas, lo que garantizó el aislamiento exigido para cumplir con las medidas de seguridad. En las cápsulas se sirvió un menú de cuatro platos elaborados por el chef portugués Miguel Vieira, el primer cocinero que no es húngaro en ganar una estrella Michelin.
Cada uno de los pases se vendió en 130 euros, y se agotaron en pocas horas. El éxito fue tan grande que Gerendai analiza volver a repetir la experiencia en la primavera, cuando las noches sean más suaves.
Fuente: tendencias.hoy