Home InspiraciónExperiencias La “buchette” del vino: la tradición que vuelve a Florencia

La “buchette” del vino: la tradición que vuelve a Florencia

por Lucy Sanzio

Esta modalidad de venta se popularizó durante la peste que asoló Italia y todo Europa durante el 1600 y reviven hoy, muchos siglos más tarde, a causa del Coronavirus. Las viejas “ventanas o buchette del vino” se utilizaban para vender este producto sin contacto para evitar el riesgo de contagio. Hoy renace en toda la Toscana donde se puede adquirir el Aperol Spritz, helados, capucchino y por supuesto el vino.

 Hay constancia de su existencia desde mediados del siglo XVI cuando, en medio de una crisis comercial, se permitió a las familias nobles que elaboraban vinos en sus viñedos de la Toscana que lo vendieran directamente desde sus palacios en ciudades como Florencia.

Las Ventanas del Vino se ubicaban en las fachadas de las casas y palacios de las familias productoras de vinos, a una altura de alrededor de un metro del suelo para facilitar la transacción.

Es por esto que abrieron pequeñas ventanas directamente en sus palacios situadas a una altura de aproximadamente un metro del suelo a través de los cuales, y previo pago de unas monedas, servían el vino, bien a través de pequeñas garrafas -las típicas fiaschi de vidrio recubiertas de paja trenzada del Chianti– o rellenando jarras o botellas que los propios clientes traían. Son las conocidas como buchette del vino.

Ventanas del vino en Florencia

Solo en la ciudad de Florencia llegó a haber 183 de estas “ventanas del vino”, según la Asociación Buchette del Vino, creada en 2015 para recuperar, proteger y dar a conocer este patrimonio histórico y cultural.

Un completo mapa documenta todos los hallazgos, que se extienden al resto de la región, con otras 93 ventanas en casas y palacios de 30 localidades diferentes. Millones de litros de vino, y después de otros productos como aceite o cereales, se han despachado a través de esta original iniciativa a lo largo de los siglos.

Con el cambio de regulaciones y hábitos, las ventanas del vino se fueron clausurando gradualmente y, según explican en la asociación, muchas más se perdieron en las inundaciones de 1966 hasta el punto que muchos florentinos nunca habían oído hablar de ellas y mucho menos sus visitantes, eclipsados por otros grandes tesoros que tiene la ciudad como la Galeria de los Uffizi, la Academia o el duomo.

Así, más allá de las visitas turísticas y el interés histórico, lugares como Osteria delle Brache , ubicada en Piazza dei Peruzzi, sirven estos días vino y otras bebidas, así como Babae (Via Santo Spirito, 21), una de las primeras en recuperar su buchetta.

También la heladería artesanal Vivoli, en el centro histórico de Florencia desde 1930, que ahora ofrece sus exquisitas propuestas de gelato y café a través de su histórica “ventana del vino” para minimizar cualquier riesgo de contagio. 

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