Ya lo sabemos, el coronavirus no ha venido a nuestras vidas para pasar desapercibido. En medio de un mundo convulsionado y expectante por el futuro post pandemia, veamos como evoluciona el turismo en el primer país en declarar haber vencido la batalla a la enfermedad.
Es época de vacaciones de invierno en Nueva Zelanda, momento en que niños y grandes ponen un pie en el freno a la rutina y se entregan a disfrutar del tiempo libre.
Pero este año se vislumbra totalmente diferente a cualquier otro en la historia. Las cálidas costas de Australia, las paradisíacas islas del Pacífico o los atractivos precios del Sudeste Asiático no están disponibles para turistas extranjeros. A cambio, los neozelandeses, habitantes de un país con alto poder adquisitivo y variadas bellezas naturales, modifican sus hábitos y se vuelcan a las actividades fronteras adentro.
Si bien los Kiwis (como se hacen llamar los neozelandeses) se caracterizan por ser buenos conocedores de su territorio, estas vacaciones viajar al exterior no estará entre las posibilidades. A cambio, hoteles y atracciones se pueblan de turistas locales dando vida nuevamente a los hermosos paisajes naturales.
La misma aerolínea local Air New Zealand informó que ha ampliado su capacidad en las rutas más importantes para estas vacaciones. Inclusive en los últimos días agregó un 787-9 Dreamliner, una aeronave de fuselaje ancho para cubrir el tramo Auckland – Christchurch, de una hora y media de duración. Curiosamente ese tipo de aeronave cubría la ruta Auckland – Buenos Aires que meses atrás la compañía informó que dejará de volar.
Recorriendo los centros invernales de la isla sur, se pueden ver hoteles con letreros de “Sin vacantes” en sus entradas y restaurantes repletos de turistas comiendo y bebiendo. La postal de otros países con locales cerrados y atractivos vedados no se ve por aquí. A cambio, el clásico mix de extranjeros se ve modificado por los locales que se vuelcan a pasear por su territorio.
Nueva Zelanda ha dejado atrás desde hace más de un mes el distanciamiento social, el alcohol en gel y el miedo a los contagios. Con entre 1 y 0 casos de covid-19 por día, los Kiwis viven una vida despreocupada y diferente a la que se experimenta en otros países del mundo.
¿Cuál es el precio? El jugoso ingreso proveniente de los turistas extranjeros no estará disponible por algún tiempo y quienes ofrezcan servicios turísticos tendrán que arreglárselas con el turismo local como única opción, pues desde el gobierno prometen que las fronteras del país estarán cerradas al menos algunos meses más.
Buscando opciones para reinventarse y sobrevivir
Los operadores turísticos son de los que peor la han pasado en esta crisis: Y es que con ciudadanos que no podían abandonar sus casas y turistas extranjeros con entrada casi prohibida, sus ingresos fueron nulos y debieron conformarse con subsidios estatales que muchas veces no alcanzaban para cubrir sus gastos.
En el afán por mantenerse en auge y captar nuevos clientes, las empresas turísticas comienzan a mutar en Nueva Zelanda, buscando diferentes opciones para captar más clientes.
Y es que no es solo mutar. Ellos saben que tendrán que esmerarse para seducir a un turista local que no está tan maravillado con los destinos como aquel que hizo miles de kilómetros para visitarlos desde el exterior.
Este es el caso de una importante empresa de buses de transporte, donde su dueño cuenta que aproximadamente el 20% de su negocio se basaba en turistas provenientes de cruceros y ese nicho estará alejado por un largo tiempo.
En la lucha por sobrevivir, el empresario dice que han iniciado una reestructuración de sus tours adaptándolos al turismo local y tratando de sorprender a quienes ya conozcan el destino. Es todo un desafío, dice.
Qué pasa con los precios
Nueva Zelanda ha pregonado desde hace algunos meses una campaña de apoyo a las empresas locales, instando a que sus habitantes adquieran productos o servicios de empresas del país por sobre las extranjeras.
Si bien en cierta forma esto se viene cumpliendo, no son pocos los que reclaman que los precios en estas vacaciones de invierno han ido más lejos de lo esperado. Muchos kiwis no han podido vacacionar este año debido al golpe sufrido por la crisis del Coronavirus sumado a los altos precios de los servicios turísticos.
Haciendo una simple comparación con los precios del año pasado, se ve que los hoteles u operadores no sólo no han realizado una rebaja significativa de precios sino que en casos los han incrementado. Esto puede deberse a la necesidad de sostener los negocios luego de más de 2 meses sin movimiento de turistas.
Si a eso se le suma la ausencia del turismo extranjero, la carencia de las visas de working holiday y las dificultades económicas que pueden sufrir varios sectores, no es de extrañar que algunos comercios incrementen sus precios para tratar de calmar la situación financiera.
Es sencillo seguir en Nueva Zelanda la evolución de los valores. Con una economía balanceada y una moneda estable, no es difícil de advertir que los importes de los servicios turísticos no variaron desde la temporada invernal anterior y hasta en muchos casos se han incrementado.
“Viajen por su propio país decían. Hazlo por el turismo local decían. Los vuelos de Air New Zealand a Queenstown en un Martes en vacaciones de invierno $409 ida por persona. El primer martes después de las vacaciones, $79 por tramo. Gracias por hacer los viajes domésticos inalcanzables para las familias”
Decía en Twitter Natalie Akoorie, una periodista neozelandesa.
Los entes de turismo reconocen que los precios para estas vacaciones se inclinan a estar más altos que en la etapa pre-covid e instan a los turistas a tratar de ser flexibles en cuanto a destinos y fechas.
Los costos para vacacionar en Nueva Zelanda deberían bajar significativamente, reclaman sus locales. Y es algo que ha vivido en carne propia quien les escribe: Un vuelo desde Auckland en la Isla norte a Christchurch en la isla sur vale casi el triple que en temporada baja. Tampoco se ven grandes reducciones en las atracciones o excursiones y los hoteles, solo bajan sus tarifas cuando se ven en apuros para completar sus habitaciones.
Sin embargo, los altos precios parecen estar en relación con la alta demanda: La consultora Dot Loves Data dió a conocer que por ejemplo, para un día normal de vacaciones de invierno, las transacciones con tarjeta de débito y crédito se incrementaron en un 2.1% en todo el país y en algunas zonas llegaron a aumentar un 14.1% en relación con el mismo día un año atrás.
La pregunta es: ¿Alcanza solo con los locales?
Y es que la incógnita está puesta en qué sucederá luego de este respiro invernal.
Una vez terminadas las vacaciones de mitad de año, es posible que la cantidad de turistas circulando por el país decrezca significativamente y los precios tiendan a la baja para ser más competitivos y lograr captar la atención de quienes tengan la posibilidad de viajar.
El próximo desafío será mantener un turismo circulante por algunos meses más y hacer frente a la baja de turistas internacionales a los cuales estas islas estaban acostumbradas.
El beneficio de Nueva Zelanda y su economía, es que si bien la cantidad de habitantes es baja (unos 4.5 millones de personas viven allí), el poder adquisitivo es relativamente alto y sus ciudadanos pueden disponer de una parte de su presupuesto a viajar.
Ese poder de compra nivela la escasa población y el desafío será que el gasto se produzca en viajes dentro del mismo país, razón por la cual los proveedores de servicios turísticos tendrán que ser cada vez más creativos en su oferta.
2 comentarios
[…] unas semanas te contábamos en El Enviador cómo era la evolución del turismo en Nueva Zelanda. La gente comenzaba a sentirse libre, había olvidado la distancia social impuesta meses atrás y […]
[…] Negrete, G. (2020). Cómo evoluciona el turismo hoy en Nueva Zelanda, el país que le ganó al virus. Recuperado de https://elenviador.com/2020/07/22/como-evoluciona-el-turismo-hoy-en-nueva-zelanda-el-pais-que-le-gan… […]
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