Ubicada en la península de Coromandel, Cathedral Cove es una reserva natural marina que impresiona por la variedad de colores y su agua cristalina. Esta playa, es de las más famosas de Nueva Zelanda no sólo por su imponente belleza sino también por ser parte de las locaciones de la película de Disney “Las crónicas de Narnia”.
Sin duda, Cathedral Cove es una de las playas más lindas de Nueva Zelanda. Accesible solo a pié, kayak o bote, este bello paraje impresiona a sus visitantes de principio a fin gracias a sus interesantes características naturales.
Hay varios senderos para recorrer la zona que también es una reserva natural, pero lo que principalmente atrae a los turistas es la famosa playa, que fue uno de los decorados de la película “Las crónicas de Narnia”.
En un recorrido de una hora desde el norte, se puede llegar a esta maravillosa ribera marina a través de riscos y bosques. En el camino, es posible explorar otras costas de piedra con aguas de color turquesa y esmeralda.
A la llegada, una playa de finas arenas blancas es partida en dos por una gran roca y, a través de un enorme arco que le otorga una grandeza majestuosa, se accede a esta espectacular costa con sublimes vistas a un mar transparente, sereno y colorido.

Si bien el lugar es turístico y concurrido, es posible hacerse de espacio para disfrutar del sol o refugiarse a la sombra. La gente en Cathedral Cove convive de forma tranquila, dejando sus pertenencias sin preocupación por los hurtos.
El agua, como en toda Nueva Zelanda, es fría. Súper fría. Pero para valientes, el mar ofrece lugar entre los visitantes para zambullirse y refrescarse del sol de este país, uno de los de mayores niveles de radiación solar del mundo.
Arenas blancas, mar turquesa, bosques y una cascada en plena playa. Nada más se puede pedir para una aventura de verano.
Al final del día, las opciones serán una serena caminata de vuelta o un barco taxi para volver al punto de partida. El paseo no será una jornada de playa normal sino que tendrá hiking al estilo neozelandés, emoción y belleza en 360 grados.

Todo el camino a Cathedral Cove es un paseo
La Península de Coromandel, es una zona de Nueva Zelanda ubicada a unos 180 kilómetros de Auckland, la ciudad más grande del país.
La zona en cuestión es una de las más favorecidas en cuanto a litoral marino. Con extensas playas de diferentes características, otro ejemplo es la conocida “Hot water beach”, en donde los turistas cavan pozos en la arena para encontrar aguas termales con altas temperaturas.
La localidad más cercana es Whitianga, una villa de veraneo que es la puerta de ingreso a Cathedral Cove. Desde allí en auto o a través de algunas empresas turísticas se recorren unos 36 kilómetros hasta la playa. Hasta la playa es un decir.
El ingreso con vehículos a la zona, que es área natural protegida, está vedado. Será necesario dejar el vehículo en Hahei Beach, otra hermosa playa de arenas blancas, desde donde se inicia el recorrido a pie o bien se puede tomar una embarcación.

Los dos itinerarios, tanto a pie como navegando son muy vistosos, siendo recomendable ir de una forma y volver de otra: La elección de ir a pie tomará unos 50 minutos de subidas y bajadas que a cambio entregará a los visitantes unas hermosas vistas del mar azul para apreciar y fotografiar. En el camino, es posible hacer algunas paradas en otras bonitas playas en donde también se permite bañarse.
Luego de cruzar bosques autóctonos, riscos y paredes de piedra de gran altura, se accede a Cathedral Cove a través de una abrupta bajada en escaleras. Al final del recorrido, se traspasa la piedra calada en forma de catedral abovedada que es el pórtico ideal para ingresar a la playa mas linda de Nueva Zelanda.

Una playa de película
Cathedral Cove no solo es conocida entre residentes y turistas por su belleza sin igual. El paraje es el lugar elegido por los productores de la película de Disney “Las crónicas de Narnia” para filmar una de sus épicas escenas.
Este sitio es la mismísima puerta de ingreso a Narnia. Allí, los hermanos Pevensie dan los primeros pasos e inician su aventura por segunda vez en la saga, esta vez en “El Príncipe Caspian” estrenada a mediados de 2008.
En este caso, la piedra calada en forma de arco sirve de túnel para unir el mundo real con el de fantasía. Este sitio es atravesado por lo niños los cuales quedan impactados por el lugar, comienzan a correr y se bañan en el mar.
Aunque esta es la pieza audiovisual más conocida, no solo películas épicas se filmaron en esta bella locación. La playa sirvió también de set para el videoclip “Can’t Hold Us” de Macklemore & Ryan Lewis. En 2013 este clip obtuvo 4 nominaciones a los MTV Video Music Awards, entre ellos el de mejor video.