El país está promulgando un decreto que permite a los extranjeros obtener residencia financiera con más facilidades de las que tienen actualmente.
Atraer a argentinos con alto poder adquisitivo es una forma de revitalizar ciertos sectores económicos.
El gobierno de Lacalle Pou descubrió que cuando el flujo de personas regresaba, había una oportunidad de atraer riqueza al país, reactivando así el sector inmobiliario urbano y rural. Con este fin, están promulgando un decreto que permite a los extranjeros obtener alojamiento financiero con más facilidades de las que tienen actualmente. En este sentido, el argentino parece ser el primero en la lista de futuras aplicaciones. Estrictamente hablando, la primera ronda de consultas se produjo después de la ODEPA en agosto del año pasado. La segunda vez fue en enero, Lacalle Pou reveló sus intenciones de atraer a los argentinos con alto poder adquisitivo a Uruguay.
Debe recordarse que, según el Banco Central de Uruguay, los depósitos de extranjeros se encontraban en su nivel más bajo en la historia en agosto del año pasado y han estado aumentando hasta abril de 2020, que es el más alto desde mayo de 2017 grabación.
Como es el proyecto:
La discusión del nuevo gran impuesto también ha provocado consultas sobre la declaración de impuestos en otro país. Sin embargo, antes del aislamiento, la demanda de cajas fuertes argentinas ha aumentado. “En Torre Ejecutiva, creen que atraer a argentinos con alto poder adquisitivo es una forma de revitalizar ciertos sectores económicos. Por lo tanto, están trabajando en un decreto que se emitirá en el futuro cercano, Los fiscales para modificar los requisitos de residencia dijeron: “Fuentes del gobierno uruguayo aseguraron a El Observador del país.
El propósito del gabinete es hacer que la residencia fiscal sea más fácil de usar. Por lo tanto, están estudiando para reducir los requisitos de inversión en bienes raíces de 1.8 millones de dólares a 500,000 dólares, y acortar el tiempo mínimo de residencia para las solicitudes de residencia a 60 días calendario.
Un plan ambicioso
Pero a Uruguay no lo puso de moda Lacalle Pou con su provocadora propuesta. Hace tiempo que este socio del Mercosur viene captando el interés de más empresas argentinas que buscan poner un pie fuera del sistema de retenciones a las exportaciones, de las restricciones al mercado de cambios y de las crecientes trabas a las importaciones.
Además, a cambio, eligieron Uruguay por sus incentivos fiscales, menos conflictos laborales y el uso gratuito de dólares. Se estima que para fines de 2019, cerca de 350 compañías han recibido capital de Alicante, y el stock de inversión de la compañía supera los US $ 5,3 mil millones. No hay duda de que Mercado Libre es la cara principal de esta ola. Tiene una estructura importante, con más de 900 empleados, que representan casi el 13% de todos los empleos que crea.
Su posición privilegiada en territorio uruguayo y las posibilidades concretas de expandir los servicios que brinda desde allí a toda la región, en lugar de hacerlo en Buenos Aires, se convirtieron el año pasado en la punta de lanza de una estrategia de “contraofensiva” frente a los embates que recibió Marcos Galperin del gremio bancario y de Camioneros por el encuadramiento sindical de sus empleados.
Pero por detrás de este unicornio hay numerosas empresas nacionales de diversos rubros y tamaños que vienen operando en el país vecino.
Los últimos datos oficiales correspondientes a 2017 muestran que hay 300 empresas. Sin embargo, a partir de 2019, el número de mercados gestionados llegó a 350. A medida que la crisis económica de Argentina empeoró y comenzó a limitarse, muchas pequeñas y medianas empresas y capital de riesgo se agregaron a los EE. UU. En 2019.
De hecho, la propia agencia oficial de inversiones del país vecino organizó en Buenos Aires (justo una semana antes de que asumiera Alberto Fernández) un seminario en el que se presentaron alternativas de inversión y que fue a salón lleno, con más de 100 empresarios locales.
El objetivo de Uruguay XXI fue “importar” compañías de rubros específicos como el farmacéutico, agronegocios y tecnológico.
