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Christchurch: De la destrucción al arte urbano

por Gabriel Negrete

Entre 2010 y 2011 Christchurch, la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda fue el epicentro de dos terremotos devastadores. Entre los escombros y la destrucción, la ciudad se reinventó como una galería a cielo abierto, copando sus calles con atractivo arte urbano.

No han sido años fáciles para Christchurch. El 4 de septiembre de 2010 un terremoto de magnitud 7.1 azotó la ciudad a las 4.35 de la madrugada produciendo graves destrozos. Unos meses más tarde, el 22 de febrero de 2011 en horas del mediodía otro temblor de 6.3 sacudió la ciudad destruyéndola casi por completo. El sismo dejó 181 muertos y gran cantidad de heridos.

En los años subsiguientes, la capital de la región de Canterbury, una de las más prósperas del país, debió iniciar un proceso de reconstrucción sin precedentes en esa nación. Cientos de edificios debían ser erguidos y barrios enteros reconstruidos. Pero sobre todo, el ánimo de los habitantes debía fortalecerse luego del triste momento que habían atravesado.

Arte urbano en las calles de Christchurch

Siguiendo los lineamientos de la ciudad pujante y moderna que supo ser, Christchurch avanzó con su reconstrucción a la vez que dio espacio a artistas para decorar las nuevas calles de la capital de Canterbury.

El arte se aprecia en estos días en cualquier rincón de la ciudad a través de muros, paredes o mobiliario urbano, todos repletos de creaciones llevadas a cabo por autores tanto locales como extranjeros.

Este aspecto diferente y colorido le da a la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda una nueva perspectiva y le permite ganar su reputación como una de las capitales del street art a nivel mundial. Con este arduo trabajo, Christchurch a dado el paso de la destrucción a la reconstrucción a través del arte urbano.

Un mural pintado en un edificio del centro de la ciudad

Cientos de murales cambiando dolor por color

Christchurch fue comparada con New York, Barcelona o Berlín por la revista Lonely Planet. En uno de sus artículos la publicación la incluyó dentro de las 39 ciudades con mayor escena de arte urbano en el mundo.

Este arte urbano se ha convertido en una forma de rejuvenecimiento de la planta ciudadana. Un método de manifestación que nació con el dolor de los trágicos acontecimientos de 2010 y 2011.

La vistosa forma de expresión, fue antiguamente asociada al vandalismo pero en estos días es entendida como recurso para llenar las calles de Christchurch de color, alegría y optimismo. Asimismo los extensos murales no solo le cambian la cara a la ciudad sino que llenan de orgullo a sus habitantes.

Actualmente, cumpliéndose 10 años del primer devastador terremoto, las calles plagadas de murales son un atractivo que llama la atención tanto de turistas como de locales e invita a todos a disfrutar de la modernizada ciudad.

La calle principal de Christchurch con una fisonomía moderna

Un paseo por el arte urbano de Christchurch a través de la web

Para cruzarse con murales y demás arte urbano en Christchurch no es necesario seguir ningún lineamiento. Con solo caminar libremente por sus calles, es sencillo toparse con infinidad de expresiones artísticas.

Si preferís estar seguro de lo que vas a visitar, querés hacer una investigación previa o simplemente recorrer de forma virtual los infinitos murales que la ciudad ofrece, hay una herramienta muy interesante al alcance de la mano.

Watch this space es una página web en donde podés encontrar un mapa interactivo con ubicación, fotos e información acerca de los murales de Christchurch. El sitio tiene una interfaz atractiva y cuenta además con un blog con interesantes artículos (en inglés) del arte urbano creado por artistas de todo el mundo.

Es fácil relacionar a Nueva Zelanda con bellos paisajes de ensueño, pero muchas veces, sus ciudades tienen también algo que ofrecer. Hoy en día Christchurch, una de las puertas de entrada de la Isla Sur del país, es reconocida por ser un mar de obras artísticas a cielo abierto. Vale la pena que los amantes del arte urbano la visiten como alternativa a las tantas maravillas naturales con las que la nación insular cuenta.

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