Por su pasado romano, su espectacular arquitectura, sus bucólicos parques y jardines y la herencia de Jane Austen… y además por su proximidad a Londres ¡Bath no puede faltar en un viaje a Inglaterra!
Fundada por los romanos en el año 52 d.C., Bath es una de las ciudades más bonita de Inglaterra. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se encuentra enclavada en un bucólico paraje natural, un meandro del río Avon que serpentea entre la ciudad bajo puentes reflejando su bellísima arquitectura urbana. Bath se convirtió durante el siglo XVIII en uno de los lugares más elegantes y exclusivos del país.
Las antiguas termas romanas
La villa fue fundada como un complejo termal por los romanos bajo el nombre de Aquae Sulis en el año 43. Este lugar fue considerado como el punto de encuentro social de Bath durante siglos. Hoy las termas constituyen el atractivo más preciado de la ciudad y una de las mayores atracciones turísticas del sudoeste de Inglaterra. Poseen una colección de relieves y gemas romanos con figuras de dioses, otros personajes mitológicos y animales.
Las termas se ubican en el corazón de la ciudad y aún se siguen alimentando del único manantial de agua caliente del país. Durante la visita, además de admirar la humeante piscina termal, podemos escuchar interesantes testimonios contados por actores que representan a romanos de época. Por otro lado, también hallamos la Sala de Bombas, un espacio donde se extrae el agua termal.
Desde este link podemos hacer un interesante recorrido virtual por el lugar
Joyas arquitectónicas
Durante la época georgiana, Bath se popularizó y se impulsó entre la clase adinerada y la nobleza. Hoy en día observamos joyas arquitectónicas de esta época erigidas con piedra de Bath. Muchos de estos edificios son obra del arquitecto John Wood, quien quiso redefinir la ciudad utilizando su piedra para crear edificios de inspiración clásica inspirados en templos de la Antigua Roma.
La Abadía de Bath fue testigo destacado de cómo Bath se transformó en el destino por excelencia para la alta sociedad de la época gracias al exquisito desarrollo urbano diseñado por Beau Nash y John Wood .
Con unos 5.000 edificios designados como interés especial por su valor arquitectónico, la villa está repleta de pequeños rincones especiales donde tomar un respiro y admirar la belleza infinita de la ciudad.
El No.1 Royal Crescent, asomado al Victoria Park, con sus lujosos apartamentos, The Circus, o los majestuosos Grand Pump Rooms y Assembly Rooms, con sus salones señoriales, o jardines de ensueño como los de Prior Park, donde se conserva el Puente de Pulteney, uno de los pocos puentes palatinos del mundo, son los protagonistas de una ciudad tan perfecta y encantadora.
Además de la arquitectura que ofrece la villa, también cuenta con celebres personajes que han vivido allí, como la escritora Jane Austen. Austen vivió algunos años en Bath y actualmente podemos encontrar The Jane Austen Centre. La exhibición permanente narra las experiencias de la joven y como la villa influyo en su obra. El espacio se ubica en una casa georgiana donde el visitante puede viajar en el siglo XVIII, época en la que la escritora estuvo en Bath.
La cara verde de Bath
Por si fuese poco, Bath está rodeada de naturaleza. Está situada en el valle del río Avon y cerca del límite meridional del Cotswolds, una cadena de colinas de piedra caliza en la región centro-occidental de Inglaterra, designada Área de Destacada Belleza Natural.
Existen varios parques y jardines públicos en la ciudad. El Royal Victoria Park es el más importante, ubicado a una corta distancia del centro de la ciudad. Fue inaugurado en 1830 por la princesa Victoria, que tenía tan sólo 11 años en ese entonces, convirtiéndose en el primer parque en llevar su nombre. El parque da por su lado oriental al Royal Crescent y ocupa una superficie de 23 hectáreas. Está galardonado con una ‘Bandera Verde’, un premio británico que reconoce la calidad de sus cuidados y sus servicios. El parque es un bien monumental reconocido como Patrimonio Inglés.
Alexandra Park es otro parque que vale la pena visitar, situado sobre una colina desde donde las vistas son maravillosas. Parade Gardens, Sydney Garden y Alice Park son otros de los espacios verdes de la ciudad
Información práctica
Bath se encuentra a unos 185 kilómetros al oeste de Londres. Su cercanía la ha convertido en un destino de escapada muy popular entre los londinenses, y de los turistas para ir por el día. Hay varias opciones de transporte para viajar a Bath desde Londres.
Viajar en tren a Bath es una excelente idea. Los trenes en Londres salen de la estación de Paddington. El trayecto es muy ameno, la frecuencia muy elevada. Hay trenes entre Londres y Bath cada media hora aproximadamente que demoran entre 1h20 y 2h en realizar el viaje. La estación de tren de Bath es la Bath Spa Railway Station.
Los autobuses de la compañía National Express realizan el transporte en autobús entre Londres y Bath. Hay varios puntos de partida: los aeropuertos de Heatrow y Gatwick, y la estación de Victoria Coach Station. En Bath, la estación de autobuses de Dorchester Street, está al lado de la Bath Spa Railway Station.
Una vez allí, podemos recorrer fácilmente Bath a pie, donde además de descubrir los principales atractivos de la ciudad, tendremos la oportunidad de observar sus numerosas tiendas tanto independientes como de reconocidas marcas, sus típicos pubs y restaurantes y cuantiosos museos y espacios culturales.
