Home InspiraciónAtracciones Visitamos en Amsterdam la cuna de la cerveza Heineken

Visitamos en Amsterdam la cuna de la cerveza Heineken

por Eri Bod

En el centro de Amsterdam se encuentra el lugar donde nació y se elaboró la famosa cerveza Heineken. En ese edificio antiguo se creó “Heineken Experience”, una experiencia interactiva donde podemos conocer el proceso de elaboración, las innovaciones y la historia detrás de la marca y también sus curiosidades. Y por supuesto, degustar una cerveza!

Ubicado en Stadhouderskade 78, Amsterdam, el antiguo edificio conserva su fachada clásica de ladrillos a la vista.  Fue construido en 1867 y allí funcionó hasta 1988 la primera destilería de la marca.Para llegar en transporte público, pueden bajarse en la estación «Wetering Circuit». Frente al lugar está la salida de uno de las compañías de barcos que hacen paseos por los canales, por lo tanto es práctico hacer las dos cosas el mismo día, incluso si se compras ambas entradas se obtienen descuentos.

La visita que realizamos fue el Heineken Tour (18€), que es un recorrido autoguiado que dura aproximadamente una hora y media. La entrada incluye todo el recorrido y la degustación. Se pueden comprar online en la página oficial. Con la entrada, nos colocan una pulserita verde con dos «pines» que luego se canjean por dos cervezas chicas o una grande. En la entrada hay un guardarropas y es obligatorio dejar bolsos, carteras y mochilas grandes.

Durante la primera parte del recorrido se ve material audiovisual sobre la historia de su creador , cómo fue evolucionando el proceso de fabricación, la evolución de la marca ycómo la familia fue ocupándose del negocio a lo largo del tiempo. Todo muy didáctico, con proyecciones, pantallas gigantes, y algunos objetos exhibidos de forma muy original.

Luego se pasa a las salas «museo» donde lo más llamativo son los antiguos tanques de cerveza. Se puede probar antes de fermentarse.

A continuación se accede a una zona donde estaban los caballos que transportaban la cerveza a la ciudad, donde hay carros de esas épocas.

A partir de allí la visita se vuelve mas «futurista», con mucha tecnología, juegos interactivos, proyecciones, hologramas. Hay un simulador (estilo los de Disney), muy interesante, donde uno se puede sentir una cerveza y experimentar todo el proceso desde la fabricación hasta que llega al consumidor. Hay muchas actividades divertidas: se puede participar de un video que simula un recorrido en bici por la ciudad.

Por último está el bar, todo verde por supuesto, donde se puede degustar la cerveza (canjeando los pines entregados en la entrada). Y por supuesto, no podía faltar el merchandising a la salida, con todo tipo de objetos «Heineken»

El Bar

¿Es turístico? MUY. Así y todo, me resultó entretenido y una experiencia memorable. Es mucho más que un museo, realmente es una experiencia. Si te gusta la cerveza o por simple curiosidad, te lo recomiendo.

Hasta la próxima!

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