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Destinos fuera de serie: Belice

por Lucy Sanzio

Belice es un país de la costa este de América Central, con riberas en el mar Caribe hacia el este y una selva densa al oeste. Es una mezcla de país latinoamericano con caribeño porque tiene un poco de ambos mundos: una gran mezcla de culturas, unos fondos oceánicos increíbles y unas junglas que ocultan pirámides mayas mucho menos visitadas que las de los países vecinos.

Destino algo rústico, pero ideal para los viajeros que quieran sentir que aún quedan rincones en el mundo por descubrir. Su barrera de coral es la segunda más grande del mundo, por detrás de la australiana, un auténtico paraíso submarino. Su jungla reúne una enorme red de parques nacionales y reservas naturales, sus yacimientos mayas no tiene nada que envidiar a los mexicanos, los guatemaltecos o los hondureños, y la creciente industria turística ha desarrollado toda clase de propuestas de aventura en la naturaleza, que van desde lanzarse en tirolesa a descubrir cuevas kilométricas.

El Gran Agujero Azul

Es una de las grandes maravillas naturales del mundo, el reclamo turístico más conocido de Belice y una experiencia de buceo única.

Con el centro de color azul oscuro, sus paredes descienden más de 120 metros hacia el interior del océano y aunque acumula gran cantidad de sedimentos y desechos naturales, su profundidad sigue generando ese círculo de color azul que puede verse desde el cielo. Y abundan las estalactitas y estalagmitas.

Un banco de tiburones de arrecife (además de innumerables invertebrados y esponjas) acompaña a los submarinistas en su descenso a las misteriosas profundidades del mar. Aunque el agua es transparente hay muy poca luz.

Gran agujero azul de Belice

El atolón de Glover

Como un collar de perlas de arena blanca, el atolón de Glover está formado por media docena de islotes rodeados de un mar azul infinito. Es uno de los tres grandes atolones de Belice, pero es el que ve menos visitas recibe y se mantiene más virgen.

Debe su nombre al pirata John Glover, que en el siglo XVII usaba estos islotes como base para abordar a los galeones españoles que iban y venían desde las islas de la bahía de Honduras. Su ubicación única, en lo alto de una cadena montañosa sumergida al borde de la plataforma continental, lo convierte en un lugar ideal para practicar remar entre islas o por la laguna central, de poca profundidad.

Con un kayak de fondo transparente se pueden ver rayas jaspeadas y de espina, tortugas e innumerables peces tropicales nadando bajo el casco. Hay varios centros vacacionales rústicos de filosofía ecológica para submarinistas y pescadores, cada uno en una isla.

Cayo Ambergris

También llamada la Isla Bonita (por la famosa canción de Madonna), Cayo Ambergris es el destino vacacional paradisíaco por excelencia. Para muchos visitantes es la imagen perfecta de las vacaciones: muy relajadas, pero también divertidas.

Se puede bucear por el arrecife, recorrer en kayak la laguna o practicar windsurf por los estrechos; también es posible dejarse mimar en un spa o ponerse a prueba con una clase de yoga o, simplemente, dormir una siesta en un embarcadero. Al ponerse el sol se puede disfrutar de las cenas más deliciosas y de la noche más animada del país. La isla es larga y estrecha: 40 kilómetros de largo por ocho de ancho en su punto máximo, aunque la mayor parte no supera el kilómetro.

San Pedro – Cayo Ambergris

Pueblo costero de Hopkins

La cultura garífuna (grupo étnico descendiente de africanos y aborígenes caribes) tiene gran presencia en el sur de Belice y sobre todo se identifica por la música y los tambores. En Dangriga y Punta Gorda se puede estudiar percusión y aprender a fabricar tambores con maestros locales, aunque para vivir una experiencia verdaderamente especial hay que ir al pueblo garífuna de Hopkins, acogedor y algo descuidado, y participar en una ceremonia de tambores en el centro percusionista Lebeha.

En Hopkins, la vida no ha cambiado mucho en las últimas décadas. Los niños venden pasteles de coco y chocolate caseros en la única calle de la localidad, los hombres pescan de día y tocan el tambor de noche, y el ritmo de la vida es lento. La playa es estrecha, pero con buen tiempo tiene unas espectaculares vistas al Caribe. El Día del Pueblo Garífuna es el 19 de noviembre.

Ruinas Mayas

En el mayor asentamiento maya de Belice se puede pasear por una ciudad que, en su época tuvo el mismo peso político que Tikal y que para muchos es incluso más espectacular. Está envuelta por la jungla, cerca de la frontera con Guatemala, a unos 84 km. al sur de San Ignacio. Su descubrimiento y excavación es relativamente reciente y cada año hay campañas arqueológicas que revelan nuevos detalles.

Desde el centro de los templos, palacios, talleres de artesanos y mercados se puede sentir el poder y la gloria de la antigua Caracol. Con 42 mts de altura, el Caana (palacio de cielo) sigue siendo el edificio más alto de Belice.

Ruinas Mayas

Cayo Caulker

Por todo Belice se pueden ven carteles que rezan “No shirt, no shoes… no problem” (sin camiseta, sin zapatos… sin problemas), pero en Cayo Caulker este lema es casi religión. Nada parece un problema en esta minúscula isla de calles sin asfaltar y señales de tráfico que instan “a ir lentos” a carritos de golf y bicicletas.

El viento sopla casi siempre (sobre todo de enero a junio) y crea las condiciones óptimas para la vela, el windsurf o el kite board. La segunda mayor barrera de coral del mundo queda a pocos kilómetros de la costa e invita a buceadores y submarinistas a jugar entre los peces. Los manglares están llenos de vida y se pueden explorar en kayak. A pesar de ser un escenario para la acción, los turistas siguen llegando a Cayo Caulker para tirarse en una hamaca, leer un libro y beber un zumo de fruta recién hecho. El paraíso.

Altun Ha

Después de probar la cerveza, hay que visitar estas ruinas que sirvieron de inspiración para la etiqueta de la botella de Belikin y los billetes beliceños. Altun Ha, el yacimiento de acceso más sencillo de Belice (están a 55 km. al norte del centro de Ciudad de Belice) es un sitio arqueológico más pequeño y menos imponente que otros centros mayas, pero con su inmaculada plaza central, también resulta espectacular, con 10 edificios distintos de los siglos VI y VII, como el Templo de los Altares de Mampostería. También fue el yacimiento más rico del país, aunque los objetos encontrados ya no están allí. Subir a lo alto de los templos para ver la jungla circundante es una buena manera de hacer ejercicio.

Jaguares en la jungla

Los que busquen algo diferente pueden escoger entre las zonas protegidas del país, como el parque nacional de Mayflower Bocawina o el Cokscomb Basin Wildlife Sanctuary. Con junglas, montañas, cascadas, pozas para nadar e incluso alguna pequeña ruina maya, una excursión por alguna de ellas garantiza la sensación de haber dejado atrás la civilización y el siglo XXI. Cuenta con centro de visitantes, alojamiento y una buena red de rutas senderistas.

Cuevas de Nohoch Che’en

Aventurarse hacia el interior de la tierra –acompañados de un guía– para descubrir sistemas de cuevas fascinantes es posible en Nohoch Che’en, una extensa red de cavernas calizas en las que se flota por una red de ríos subterráneos y se descubren maravillas nunca vistas en el exterior. El río Caves Branch fluye por nueve grandes cavidades que pueden ser exploradas flotando en un tubo de goma (tubing) o recorriendo pasadizos laterales que dan a otras cuevas, como la espectacular Crystal.

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1 comentario

10 imperdibles destinos de Centroamérica - El Enviador 24 mayo, 2021 - 3:16 am

[…] Sorprendete con todo lo que podés descrubrir en Belice en este post Destinos fuera de serie: Belice […]

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