Río Negro se reordena: Diego Piquin detalla la estrategia de ATUR para consolidar el mercado nacional y potenciar destinos emergentes

por EM

La gestión turística en la Patagonia argentina atraviesa un momento de transformación estructural. En un contexto donde la agilidad en la toma de decisiones es crucial para competir en el mercado, la provincia de Río Negro ha decidido dar un paso adelante con la creación de la Agencia de Turismo de Río Negro (ATUR). Para comprender el alcance de este cambio y los desafíos inmediatos de la temporada estival, dialogamos con Diego Piquín, Director Ejecutivo de la flamante entidad, quien desglosó el plan maestro para reordenar la oferta provincial y recuperar terreno tras un 2025 complejo.

Una nueva herramienta de gestión mixta

La creación de ATUR no es un mero cambio de nomenclatura; representa una evolución en la gobernanza del turismo rionegrino. Según explica Piquín, el objetivo central es el “reordenamiento” de la actividad a nivel provincial. Esta nueva figura administrativa funciona como una herramienta mixta, emulando modelos exitosos de gestión público-privada que ya operan a nivel municipal, como el EMPROTUR en Bariloche o el ENVITUR en Viedma, pero escalado a nivel provincial.

“Es conformar un equipo más grande y colaborativo con un bien común”, detalla Piquín. La Agencia busca trabajar en sinergia con la estructura existente de la Secretaría de Turismo, permitiendo una planificación más ágil de las acciones de promoción y difusión. La clave reside en unificar el mensaje de la provincia bajo una estrategia coherente que integre tanto a los gigantes consolidados como a los destinos emergentes.

El imperativo del mercado nacional

De cara a la inminente temporada de verano, la estrategia de Río Negro es pragmática y basada en datos duros. Piquín confirma que la campaña de lanzamiento para diciembre tendrá una mirada “360”, pero con un foco casi exclusivo en el turista argentino.

La razón de esta decisión radica en la estadística: el mercado doméstico representa entre el 80% y el 85% del volumen turístico de la provincia. “No puedo no focalizar, sobre todo en este momento, en el mercado argentino”, admite el Director Ejecutivo. Este enfoque responde también a la necesidad de revertir los resultados de un año difícil; el 2025 presentó un verano complicado por la coyuntura económica y un invierno donde las condiciones climáticas —específicamente la falta de nieve— no acompañaron las expectativas del sector.

El desafío para este verano es traccionar volumen y asegurar la ocupación en los principales corredores turísticos. La provincia apuesta fuerte a captar a ese viajero que recorre la Patagonia en vehículo, buscando experiencias integrales que combinen cordillera, estepa y mar.

El rol estratégico del “Trade”

Uno de los puntos más destacados de la entrevista fue el reconocimiento explícito de la cadena comercial como socio fundamental. En la era de la digitalización, Piquín reivindica el valor de trabajar “codo a codo” con el trade turístico.

La visión de ATUR es clara: la promoción institucional por sí sola no basta si no se traduce en ventas efectivas. “Necesitamos empezar a trabajar mejor con el trade para ver cómo potenciamos destinos que hoy por ahí no están tan en el radar”, señala Piquín. Esta alianza estratégica busca colocar en góndola productos que requieren de una venta asistida o de un mayor conocimiento técnico para llegar al consumidor final, superando la inercia de vender únicamente los destinos que “caminan solos”.

Descentralizar el éxito: Más allá de Bariloche

Si bien San Carlos de Bariloche actúa como el gran faro de atracción internacional y posee su propia agenda consolidada, el plan de ATUR para el mediano plazo busca derramar ese flujo hacia otras latitudes de la provincia. El objetivo es diversificar la matriz turística para evitar la saturación y generar desarrollo económico en nuevas áreas.

Piquín destaca el potencial de destinos como El Bolsón, Dina Huapi y el corredor de la costa atlántica rionegrina. Sin embargo, el desafío más ambicioso se encuentra en el desarrollo de la Estepa y el Valle. Estas zonas, consideradas emergentes, requieren un trabajo de “desarrollo de producto” más profundo antes de salir a la venta masiva.

Las oportunidades son vastas: turismo paleontológico, geológico, astroturismo y el emblemático producto del tren patagónico son las cartas fuertes para captar a un perfil de viajero que busca experiencias auténticas y menos masificadas. “Es un camino un poquito más largo, pero estamos empezando a planificar”, asegura el ejecutivo.

Proyección 2026: La mirada internacional

Aunque la urgencia hoy es el mercado interno, la planificación para 2026 ya contempla la expansión hacia fronteras regionales e internacionales. ATUR proyecta acciones concretas en mercados clave como Brasil y Chile, vitales para la desestacionalización y el flujo constante de ingresos en divisas.

La agenda incluye presencia en ferias de alto impacto como FITUR en Madrid, y misiones comerciales específicas como el Buy Patagonia en Estados Unidos. La intención es clara: una vez ordenada la casa y consolidada la estructura administrativa de la Agencia, Río Negro saldrá a disputar su lugar en la vitrina global con una oferta integral que va mucho más allá de la nieve y el chocolate, consolidándose como una provincia con cuatro escenarios bien diferenciados y una gestión profesionalizada.

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