El complejo Palms Casino Resort usa al arte para presentar una sofisticada mezcla de lujo y vanguardia. Ya lo hizo con obras de Damien Hirst (una en el bar del hotel y otras en sus exclusivas suites) y ahora recurre al misterioso Banksy para decorar al Greene St Kitchen, uno de sus restaurantes.
Detrás de la mesa donde trabaja un DJ se encuentra la obra Smiley Coppers Panel I, un grafiti realizado en 2002 que muestra a dos policías fuertemente armados, pero donde sus rostros tiene forma de una carita sonriente, similar a los emojis que invadirían la cultura popular una década después.
El artista que reniega el arte
Esta es la primera obra de este artista urbano en Las Vegas, cuyos trabajos saltaron desde las paredes de las ciudades a las galerías de arte y las colecciones privadas.
El cuadro de Banksy se encuentra detrás de la mesa donde un DJ anima las noches del restaurante Greene St Kitchen
Pero Banksy, fiel a su secretismo y consignas anti sistema, se burla del mercado como fue la puesta en escena en un remate: cuando el martillo subastó una de sus obras por dos millones de euros un mecanismo instalado en el marco del cuadro la destruyó como si fuera una trituradora de papel.
El Palms Casino Resort es un claro ejemplo de resurrección empresarial. Tras un período de decadencia el complejo de hotel, restaurante y casino se renovó a golpe de talonario –la factura superó los 530 millones de dólares- y aprovechó para adquirir cotizadas obras de artistas contemporáneos en sus complejos.
Las Vegas dirigió sus miradas al bar del hotel, que tiene a un tiburón disecado y dividido en tres fragmentos detrás de la barra, obra de Damien Hirst.
La idea de Palms Casino Resort es crear una galería de arte donde nadie se espera encontrarla
Este mismo artista es el autor de otra obra similar, dos escualos que dan la bienvenida a la que será la suite más cara del mundo, a USD 88.000 por noche. Este británico también decora otras estancias con seis obras originales.
Él es responsable de la atrevida estética de este restaurante, que homenajea al arte urbano de las décadas de los 80 y 90. La entrada es por medio de una antigua máquina que expende Coca-Cola, y se sigue por un túnel pintado por el grafitero CES, de Nueva York.
Homenaje al arte urbano
En los pasillos se ven los tags (firmas que adquieren contornos de dibujos) de los artistas Seen, Blaze, P-Nut y Stay High 149. También hay trabajos de grandes dimensiones del portugués Vhils y de la pareja australiana Dabs Myla.
Además hay una exposición temporal de las fotografías de Martha Coopper, que retrató el surgimiento del street art en las calles de Nueva York en los 70 y 80.
Pero además de disfrutar el arte, la gente también va a comer y a disfrutar de una sofisticada carta basada en sabores de influencias asiáticas y clásicos de la cocina de Estados Unidos.