Las Termas de Los Molles, un refugio histórico entre aguas termales y aventura cordillerana

por Gabriela Alegría Perez

En el corazón de la cordillera mendocina, donde el silencio de la montaña se mezcla con el vapor de las aguas minerales y el aire puro acaricia los sentidos, se levanta una casona centenaria que parece detenida en el tiempo. Las Termas de Los Molles no es solo un hotel: es un lugar con historia, con alma, con identidad. Finalizada en 1916, la construcción siempre estuvo orientada al turismo, aunque durante décadas fue más una casa de descanso familiar que un alojamiento tradicional. Hoy, restaurada con sensibilidad y una mirada contemporánea, abre sus puertas a quienes buscan algo más que hospedaje: una experiencia integral en la alta montaña.

El hotel conserva el espíritu de las viejas casas de veraneo, con habitaciones sencillas pero cálidas, un living central con chimeneas, biblioteca y ventanales que enmarcan la inmensidad del paisaje. Las aguas termales, propias y naturales, son parte central del encanto: sulfurosas y ferruginosas, brotan a temperaturas que superan los 30 grados y se disfrutan tanto en el spa como en las piscinas al aire libre, especialmente cuando la nieve cubre el entorno y convierte el contraste térmico en una vivencia inolvidable. El acceso a los baños termales está incluido para todos los huéspedes y, durante el invierno, funcionan diariamente al atardecer, en el horario justo para descansar luego de una jornada activa.

Pero la propuesta va mucho más allá del descanso. Su cercanía al centro de esquí Las Leñas permite combinar deporte y relax sin necesidad de grandes traslados. El hotel organiza salidas para esquí fuera de pista, heliski y actividades de aventura para quienes buscan adrenalina, además de propuestas más contemplativas como trekking, cabalgatas o noches bajo las estrellas. El entorno de Los Molles, atravesado por ríos, lagunas y quebradas, ofrece el marco ideal para quienes quieren reconectar con la naturaleza sin resignar comodidad.

En la cocina, el fuego de leña y los productos locales marcan el tono de una gastronomía honesta, abundante y de montaña. Desayunos, cenas y platos típicos se acompañan con vinos mendocinos seleccionados, en un comedor íntimo donde muchas veces la sobremesa se extiende frente a la chimenea. Los huéspedes elogian la atención cálida y personalizada, la hospitalidad de quienes están al frente del lugar y esa sensación inconfundible de estar en casa. Una casa, sí, pero en la montaña. Una casa con historia, con vapor en el aire, con copas de vino en la mano y con la nieve a los pies.

Las Termas de Los Molles es un destino en sí mismo. No hace falta buscar demasiado. Basta con dejarse llevar por lo esencial. Para quienes buscan exclusividad, intimidad, naturaleza y bienestar, este rincón del sur mendocino es una invitación abierta. Más información en lastermasdelosmolles.com

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