Allí donde los pinares custodian al mar.
Una Slow City donde conviven confort, sabores gourmet, playas de arena fina y un fantástico entorno natural. Fundado en abril de 1957, cuando sólo existían médanos y una naturaleza indómita.
Bienvenidos a Mar de las Pampas.
Por estilo, geografía, naturaleza, arquitectura y planificación Mar de las Pampas es una ciudad para “vivir sin prisa”. El punto justo que conjuga la armonía entre la playa y el bosque; la arena y la madera. Y sobre todo, la tranquilidad.
Un paraíso de amplias y despobladas playas, entre enormes pinos, acacias y eucaliptus, espera por los visitantes a menos de cuatro horas de la ciudad de Buenos Aires. Mar de las Pampas, una ciudad en la que el viajero encontrará el entorno natural necesario para desconectarse.
Mar de las Pampas, enclavada sobre la ribera del mar Argentino, a unos ocho kilómetros de Villa Gesell. Con un clima templado y de escasas lluvias, ofrece al viajero entretenidas actividades como paseos a caballo o en sulky, salidas en bicicleta, excursiones en 4×4 y serpenteantes senderos para trecking.
Las dunas son el sitio elegido de los más aventureros, donde también se puede practicar sandboard. Ya en el mar, diferentes deportes náuticos como windsurf, esquí acuático y wakeboard.
El lugar fue ideado hace más de 50 años por tres emprendedores del rubro inmobiliario que compraron los principales lotes que hoy componen Mar de las Pampas. El terreno virgen, cubierto por cordones de médanos y despoblado de toda biodiversidad, fue forestado con diferentes especies arbóreas.
Luego de plantar un millón de árboles entre álamos, sauces y eucaliptus, así como originales olivos de bohemia y pinos mexicanos, el desértico paisaje se convirtió en un encantador bosque, que atrajo a diferentes especies de aves y el sueño de las primeras familias que llegaron para quedarse.
Turismo exclusivo, una propuesta diferente
Las edificaciones que componen esta localidad respetan un mismo estilo y estricto código arquitectónico marca registrada de la ciudad, con el objetivo de minimizar al máximo el impacto para el ambiente. Suelen ser bajas y construidas con materiales típicos de la zona.
Es posible encontrar diferentes complejos de hoteles, cabañas y bungalows donde se ofrecen servicios de alta gama y exclusivos spa. Con un original diseño urbano que respeta la particular topografía de médanos y del bosque.
Para encontrar el máximo relax, algunos alojamiento cuentan con verdaderos centros de spa para completar la experiencia que mejor convive con el lugar.
Particularidades en Mar de las Pampas
No todos lo saben, pero la velocidad máxima de tránsito en auto permitida es de 30 km/h y la mayoría de los carteles invitan al visitante a caminar. Este transitar sin prisa es una de las principales características que hacen único al lugar.
En las extensas playas no hay carpas o estructurados balnearios, sólo un parador donde encontrar lo necesario para disfrutar de un día soleado, con espectáculos musicales durante el verano.
Por decisión de la comunidad tampoco fueron instaladas antenas de telefonía celular dentro de la zona urbana, salvo a 300 metros de los pobladores. Una situación que podrá incomodar el primer día, pero que el viajero sabrá apreciar en lo queda de su merecido descanso.
La ciudad cuenta con el Primer Parador Turístico de la provincia de Buenos Aires accesible para personas con capacidades limitadas.
Paseos imperdibles
Una de las mejores formas de conocer el entorno es en bicicleta. Ideal para disfrutar la naturaleza en su estado más puro, por callecitas sin rumbo que a veces obligan a desandar camino.
Otra de las opciones son las salidas a caballo. Algunas de las excursiones llevan hasta el famoso Faro Querandí o hasta las inmediaciones de la laguna Mar Chiquita, en cercanías de Santa Clara del Mar. También podrán acceder en vehículos 4×4 o rentar cuads o cuatriciclos para los que gustan de los deportes motorizados.
El faro de 54 metros aún funciona como vigía de los marineros, e invita a subir 276 escalones en caracol para apreciar una imperdible panorámica.
Las espaciosas playas invitan al descanso y, si el viento no perdona (sobre todo por las tardes), hay posibilidades de refugiarse tras los médanos. Para los amantes de las caminatas, las recorridas matinales por el bosque son ideales para vivir este encantador lugar.
Un variado circuito gastronómico invita a disfrutar platos de mar, pastas, cerveza artesanal y no podrían faltar los chocolates, churros y pastelería.
Para los amantes de la pesca, la propuesta ideal es en la laguna Salada Grande de General Madariaga allí encontrarán el Club de Pesca y Náutica con variados servicios
Es imperdible la visita a la Aldea Hippie. La principal referencia de los locales comerciales, que ofrecen artesanías, es la esquina de los paseos Los Rosales y Del Duende.
Bajo el lema de “ciudad sin prisa”, este bello balneario es uno de los tesoros más preciados de la Costa Atlántica, hoy te invitamos a descubrirlo.