El evento fue organizado por Curaçao Airport Holding (CAH) en colaboración con la Oficina de Turismo de Curazao (CTB), con el objetivo de promover el deporte y la inclusión en la región. Según detallaron los organizadores, el torneo no solo buscó ofrecer un espectáculo deportivo inolvidable, sino también fomentar el desarrollo del fútbol en el Caribe.
El torneo que coronó a los exfutbolistas argentinos, denominado oficialmente Legends Football Tournament, se disputó entre el 28 y el 30 de mayo en el recientemente inaugurado Estadio Capital, en Curaçao, frente a las cuevas de Hato y a pocos minutos del aeropuerto internacional. El evento, pensado especialmente para celebrar la historia del fútbol, ofreció partidos de dos tiempos de 20 minutos y equipos de ocho jugadores. Más allá de lo deportivo, fue una verdadera fiesta de la nostalgia: música en vivo, propuestas gastronómicas y actividades para toda la familia acompañaron a las leyendas dentro y fuera del campo.
Un torneo de leyendas siempre trae consigo nostalgia y pasión. Pero en esta ocasión, una celebración inesperada caló hondo: un grupo de ex futbolistas de la Selección Argentina, tras ganar un torneo de veteranos, rindió homenaje a Diego Maradona con una celebración inspirada en el célebre desborde emocional del “Diez”.
El episodio ocurrió justo después de que celebraran el título en la cancha. Al igual que Maradona tras su gloriosa clasificación al Mundial 2010, cuando se zambulló de panza bajo la lluvia en el Monumental, este equipo copió ese gesto emblemático: corrieron y se tiraron al suelo, como sumergidos en una ola de pura celebración y evocación histórica.
Esto sucedió precisamente al finalizar el encuentro, y no pasó desapercibido: la retransmisión captó el momento, que rápidamente se viralizó. Uno de los jugadores, el entrenador o exjugadores destacó con orgullo que querían revivir ese espíritu de libertad, entrega y pasión que Maradona representó en vida.
Este gesto no fue una simple espontaneidad: fue una señal emotiva que reafirma la conexión entre generaciones. Maradona ya no está físicamente, pero su esencia vive en cada abrazo, salto y grito de gol que lo evoca.
Como se observa en el video, entre la lluvia, el desborde y la cancha empapada, el círculo se cerró: antiguas glorias retomando aquel fervor genuino. Y así, el recuerdo se transformó en una celebración compartida por otra promesa patria, más allá del marcador y del paso del tiempo.

Este festejo alocado no quedó como mero anecdotario. Fue tratado por múltiples medios y replicado en redes, generando discusión sobre si esta clase de homenajes autorizan una nueva muestra de emotividad en el fútbol veterano, donde la técnica se ve acompañada por la pasión intacta.
Además, esta celebración dio pie para recordar múltiples episodios de fervor maradoniano en clubes, finales y equipos históricos —momentos que muchos siguen evocando en redes con frases como “Fuma debajo del agua” o “D10S vive en cada zambullida”.
Este gesto en el torneo de leyendas resume una verdad poderosa: Maradona, más allá de su talento inmenso, simbolizaba un tipo de impulso emocional que marcó la historia futbolera de Argentina. Hoy, veteranos que algún día lo vieron jugar sienten que resucitó por un instante.
